Un frio dia de Octubre del año 1899, se produjo en la plaza de Villa del Prado un hecho que dejo con muchas interrogantes a las autoridades del pueblo y a los vecinos que vivieron de cerca aquello. Se trataba de la aparición en el pueblo de un desconocido, el cual se quedó en Villa del Prado para siempre sin que nadie supiese jamás quen fue, donde nació y cual era su nombre. Aquel hombre figura desde entonces en los archivos parroquiales con la calificación de "Un desconocido". Quizá llegó al pueblo en algun coche de caballos de los que entonces traian y llevaban viajeros desde Madrid hasta éste y otros pueblos; quizá pensaba pasar un solo dia aquí para proseguir su viaje hacia otras villas, pero se quedó en Villa del Prado por siempre, y no sabemos si en algún otro lugar alguien le echó en falta, y si le echaron en falta, si alguna vez supieron qué fue de él. Solo sabemos que en aquellos días precedentes a la Navidad que habría de traernos un año y un siglo nuevo, "El Desconocido" pedía humildemente limosna bajo las columnas del ayuntamiento, y allí un accidente cerebral le sorprendio de repente dejandole en estado semiinconsciente y falleciendo poco después. El hombre fue metido en el ayuntamiento donde se le intentó ayudar, aunque fue inútil. Era cura párroco por entonces D. Ismael Bienes, y así relata los hechos en el libro de difuntos:
"En la Villa del Prado, a 28 de Octubre de 1899, mandé dar sepultura eclesiástica al cadáver de un hombre que, sorprendido por la enfermedad, fue recogido en la casa-ayuntamiento, en la que se hallaba pidiendo limosna. Tendrá unos 40 años de edad, estatura regular, pelo negro y gastaba bigote, sin que se pudieran averiguar mas antecedentes acerca de su naturaleza, edad, estado y demas circunstancias, por haberle privado de sus facultades intelectuales la apoplejía cerebral de cuya enfermedad fallecio el dia de ayer a la una de la tarde, según certificación facultativa. Recibió únicamente la extremaunción, y para que conste lo firmo."
El tiempo borró de la memoria de los pradeños a aquel mendigo desconocido, que al igual que otros pedigüeños, vino desde algun otro pueblo o ciudad a recibir aquí algunas monedas de caridad, pero que nunca retornó a su casa. Descanse pues, "El Desconocido" en ésta tierra que lo acogió en sus últimos momentos.
Foto: Un mendigo en el año 1880, por Casiano Alguacil
por Juan Durán
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