16/3/11

La cruz del chapitel de la Torre

Hace unos dias, un lector de ésta página decía que deseaba saber acerca de la cruz que remata la torre grande de la iglesia de Villa del Prado. Su pregunta se centraba sobre todo en cómo fue posible subirla y colocarla allí arriba. Pues bien, en la época en que fue colocada ésa cruz, las cosas se hacían de una forma parecida a como se hacen hoy en día, pero con la ausencia de grandes grúas-pluma y por supuesto, con la ausencia de motores para mover las cosas, con lo cual, todo era a base de tracción humana o animal.

La torre de la iglesia se terminó en el año 1587, pero lo que quedó terminado era la obra de piedra hasta la azotea. Quedaba aún el chapitel, que es el gran sombrero que adorna, realza y embellece la torre. Éste llevó unos años más el ser terminado. Como ya hemos visto en otro artículo anterior, primero se hizo un chapitel que debía ser más sencillo que el que hay ahora, pero que se destruyó en un incendio en 1620. El que vemos hoy en día se hizo nuevo en la década de 1640 y tiene el típico estilo de moda en época de los reyes de la casa de Austria, con sus tejas de pizarra, aguja estilizada y aguda y un cierto estilo barroco que se adivina en las líneas del diseño del chapitel.

La cruz que hay actualmente sobre el mismo, no sabemos si es la que hubo en el anterior chapitel que se quemó o es una nueva que se hizo para el actual. Es una cruz de hierro grande, de calidad, con abundantes adornos de forja. (La cruz que había en la torre pequeña era bastante más sencilla. La pudimos ver desmontada hasta hace dos años en una sala del interior de la iglesia.). Generalmente éste tipo de cruces para torres tiene el pie muy largo, el cual se sujeta fuertemente a la estructura de madera que lo soporta, por lo que solo vemos la parte que interesa que se vea, quedando la gran longitud del pie oculta. En el caso de Villa del Prado, es una cruz costosa para la época, de mayor calidad que la de la mayoría de los pueblos de la zona, y que además soporta una veleta giratoria que tiene los indicadores de norte-sur-oeste-este, algo que en su época era muy de agradecer para los pradeños, para tener una mejor referencia de los vientos que azotan normalmente a éste pueblo. En la parte donde el pie de la cruz se une al tejado del chapitel, hay una bola de bronce, la cual es nuevamente símbolo de calidad y coste del conjunto. Ésta bola remarca la estética de la torre inspirada en El Escorial, cuyas torres también lucen éste tipo de adorno, el cual podemos ver también en numerosas torres de los siglios XVI y XVII, sobre todo asociadas a la corte real de entonces. En su origen éstas bolas eran de bronce dorado, pero la de Villa del Prado perdió el brillo hace tiempo.

¿Cómo se subían éstas cruces y estructuras en los siglos XVI y XVII? Hoy en dia tenemos muy buenos testimonios que lo dicen, sobre todo los tratados y libros que explican cómo se hizo el monasterio de El Escorial, así como su museo de herramientas y grúas. En el archivo parroquial de Villa del Prado hay cuentas de gastos de aquella época sobre todo referidas a sogas y cuerdas, que era lo que se empleaba para subir los materiales de construcción a la torre a medida que iba creciendo de altura. En aquella época, pues, para subir éstos materiales, incluída la cruz, se montaban grúas hechas de vigas y troncos de madera, y con poleas y sogas se tiraba a mano por parte de los obreros, o si era necesario, por parte de un asno o mula, para levantar las piezas. Una vez que la torre estuvo terminada hasta la azotea, era ya muy facil montar allí las grúas y subir las cosas tirando de las cuerdas. Para colocar la cruz en la aguja del chapitel se construían andamios, igual que hoy en día pero de madera. Éstos andamios seguramente rodearían todo el chapitel y trepando y apoyados en ellos sería como los albañiles lograron sostener la cruz, clavar su pie a los soportes de madera del tejado y dejarla allí bien sujeta para resistir el aire, tal como la podemos ver actualmente.

Juan Durán

Libro recomendado: "Vivir en El Escorial" (la esfera de los libros, 2010), escrito por Carlos Carnicer, con dibujos y fotos muy buenas, en los que se explica además de muchas cosas, cómo se hizo el edificio poco a poco.

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