2/3/10

La torre de espadaña

La iglesia de Villa del Prado tiene dos torres. La mayor y la pequeña. Ésta última era llamada tradicionalmente "torre de espadaña", porque se hallaba coronada por una espadaña de ladrillo. Una espadaña es un campanario que consta de una sola pared en la cual se encuentran las ventanas en las que cuelgan las campanas. La espadaña de Villa del Prado era de tipo sencillo, con una sola ventana. Tenia bastante altura y en su parte superior se hallaba terminada en forma de frontón triangular. A los lados, la pared se ensanchaba formando dos contrafuertes que le daban al conjunto un aspecto robusto y a la vez elegante. Se desconoce exactamente cuándo se construyó ésta espadaña. Algunos autores la atribuyen al maestro constructor Juan Foz, en el año 1724, pero es posible que sea anterior. Junto a ésta espadaña había a su derecha, como podemos ver en las fotos, una espadaña más pequeña, también llamada "torrecilla".

La primera torre que tuvo la iglesia fue la pequeña, situada en un lateral del edificio y construída a la vez que el conjunto del templo o poco después. Un sigo más tarde se hizo la torre grande, terminada en 1587; y el visitador eclesiástico (un inspector que venía desde el obispado a visitar las iglesias), dijo que la torre pequeña no dejaba ver bien la nueva torre grande si se miraba desde la parte de atrás o cabecera del templo, así que mandó desguazar el cuerpo superior de la torre pequeña para rebajar su altura. Éste dato, recogido en el archivo parroquial, nos da la idea de que la torre pequeña tenía un cuerpo más que el que se ve hoy; no sabemos si otro cuerpo con ventanas, o quizá un muro más alto ciego (?).

Posteriormente fue cuando se construyó la espadaña que existió durante siglos hasta el año 2000 y que caracterizó la imagen de la torre pequeña y la dio su popular nombre. En el archivo parroquial se lee el siguiente documento:

“Espadaña o torrecilla y el cimbalillo:

Trescientos cuatro reales y medio de coste de cuatrocientos y cincuenta ladrillos, cuarenta y tres fanegas de cal, arena y jornales de peones en diecisiete dias y medio y meriendas que se dieron a los referidos, todo lo cual se gastó en hacer de nuevo la espadaña y torrecilla para poner la campanilla con que se hace la señal para las misas rezadas y el rosario, está por recibo de Juan Foz, maestro de obras, a treinta de marzo de 1724"


Este documento no deja muy claro si lo que se hizo en 1724 fue solmente la "torrecilla" (una pequeña espadaña que había junto a la gran espadaña y de la que colgaba una pequeña campana llamada "cimbalillo", que daba medias vueltas para llamar a Misa rezada y Rosario) o también la espadaña grande, que en ése caso sería rehecha o hecha de nuevo tal como leemos en la cita. En cualquier caso, queda claro que tanto si la espadaña grande que conocimos fue construída nueva en 1724 como si fue "rehecha", tuvo su origen ántes de esa fecha. Si un arquitecto experto analizase el dato de los "450 ladrillos" podría deducir si ambas espadañas fueron hechas en 1724 o quizá solo la "torrecilla", siendo la grande, obra anterior.

La espadaña albergaba el antiquísimo reloj parroquial y su campana, hecha en 1678 y dedicada a san Lorenzo. (ver artículo sobre el reloj). Durante todo el siglo XX la espadaña acusaba un estado bastante depauperado, con una necesidad evidente de restauración. Estaba totalmente realizada en grandes ladrillos rojos de tejar y por fuera originalmente estuvo enfoscada de una mezcla de arena y cal de color pardo.

En 1997, dentro del plan general de restauración de la iglesia, la espadaña y la torre pequeña fueron restauradas completamente. La espadaña fue de nuevo enfoscada, ésta vez con cemento, y pintada de un color parecido al pardo o crema original que tendría en su primera época. Éste color no gustó a algunos vecinos que la veían "rara", pero lo cierto es que la espadaña estuvo enfoscada cuando se construyó en sus primeros tiempos, aunque en los últimos siglos, el enfoscado de cal y arena se había desprendido en su mayoría, dejando ver el ladrillo.

Tres años después, de forma inexplicada, los responsables de la restauración de la iglesia, comenzaron a levantar un misterioso andamio alrededor de la torre pequeña y empezaron a demoler la espadaña a golpe de taladro neumático. De nada sirvieron las protestas que muchos vecinos hicimos y en Agosto del año 2000, la espadaña fue aniquilada, dejando la torre descabezada, chata y desapareciendo la curiosa y esbelta silueta que le daba la espadaña. En 1997 también se había instalado un reloj nuevo, electrónico, que también fue vuelto a quitar en 2000. Para más desgracia, el andamio asesino de la espadaña, se derrumbó por una racha de aire, estropeando varios coches que había en la plazuela de Santiago. Cuando la gente protestó por el derribo se argumentó que "la espadaña era un añadido no original" de la iglesia; pobre excusa; porque todas las iglesias están llenas de añadidos, incluso ésta de Villa del Prado, y era un "añadido" de siglos de antigüedad que no estorbaba a nadie y confería a la torre pequeña personalidad e identidad.

La espadaña tuvo desde hacía siglos sobre su frontón triangular el nido de las cigüeñas que acudían cada año al pueblo. Al ser demolida la espadaña el nido fue levantado con una grúa y fue colocado sobre un estrambótico armazón de hierro que se hizo sobre el tejado de la iglesia. Éste nido, al estar mucho más bajo que ántes, fue de inmediato rechazado por las cigüeñas, que comenzaron a hacer uno nuevo sobre el mismo lugar que ántes, pero lógicamente más abajo, sobre el alero del tejado nuevo de la torre pequeña. Éste suceso hizo que el escritor Guillermo Díaz Plaja se interesase por el caso y escribiese en el diario ABC un artículo titulado "El Nido Ajeno". Actualmente se siguen sucediendo las consecuencias de aquella zapatiesta, pues las cigüeñas están haciendo otro nido nuevo sobre la torre grande, orientado más o menos de la misma forma que el que tenían en la espadaña, lo cual pone en grave peligro las cornisas de la torre grande y el mismo tejado de la iglesia, si el nido se cayese.

Respecto a las campanas que había en la espadaña, fueron colocadas en la torre grande. El "cimbalillo" es el que actualmente escuchamos todos los días de diario girar en las llamadas a Misa. Una vieja cruz de hierro remataba la espadaña, y al ser ésta demolida, pasó la cruz a los almacenes parroquiales. Hoy en día nos quedan de la espadaña fotografías para recordarla.






Vista de la iglesia con la espadaña restaurada en 1997.

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