En Villa del Prado como en tantos pueblos, existieron una serie de locales para el ocio y el refresco, antecesores de los actuales bares-cafetería, que hace siglos se solían llamar tabernas, mesones o ventorros y ya a comienzos del siglo XX se les puso el apelativo de “casinos”; denominación que cohabitó con la palabra “bar”, la cual se impuso definitivamente. Rerfiriéndonos a éstos bares antiguos, en nuestro pueblo destacaron hace ya muchas décadas el Bar Nacional, conocido también como el “Bar de Peinado o de la tía Felisa”, el bar “La Poveda” o del “Tío Cesáreo”, y el Bar España. También llamado del “Tío Fidel”.
El Bar Nacional comenzó su andadura tras la guerra civil y se mantuvo en funcionamiento hasta la década de 1990. Era éste un gran centro de ocio espacioso, que se completaba en su planta superior con un gran salón tipo “casino” donde se jugaban partidas. Su decoración interior era muy castiza y sencilla a la vez, vasares, maderas y alguna delgada columna de hierro forjado, de las típicas de principios del siglo XX. El Bar Nacional fue famoso por su baratos y grandes bocadillos, y sus calamares a la romana. Se completaba éste local con una sala de cine a la que se accedía tras pasar un típico patio con pozo, y en el mismo bar se encontraban las taquillas de dicha sala. No solamente existía éste cine, sino que en un solar inmediato existía otra sala complementaria al aire libre para el cine de verano, con un muro de ladrillo revestido que hacía de pantalla. No acaba aquí la reseña de la historia de éste bar-casino, sino que también podemos añadir que se utilizó para rodar escenas de la película titulada “Y al tercer año resucitó” en 1978; escenas en las cuales aparecía con su plácida imagen de casino tradicional de pueblo. Hoy el bar está cerrado, pero la Tía Felisa sigue conservando el salón principal para su uso particular, y éste sigue con su estilo y características de siempre, con sus taquillas de cine, su habitación con chimenea y sus escaleras.
El Bar La Poveda fue dirigido en un principio por un hombre del pueblo llamado el Tío Cesáreo. Era éste un bar también muy típico, amplio y con las tradicionales mesas de mármol, sillas de madera, columnas de hierro forjado y ambiente de antiguo casino. Allí fueron habituales las partidas de cartas durante sus décadas de historia. También fue la oficina oficial de las Quinielas durante muchos años. A la muerte de Cesáreo, se hizo cargo del bar su sobrino Vicente, quien dirigió el bar haciéndolo famoso por sus gambas al ajillo, de las cuales se decía que tenían un secreto de elaboración para lograr su particular y exquisito resultado. En el patio de bar La Poveda, al que se accedía tras una antigua y enorme puerta de madera y cristal, funcionó un baile con orquesta. El bar funcionó hasta comienzos del siglo XXI.
El Bar España se encontraba en un lugar privilegiado, como era la plaza Mayor, y tras su puerta de gruesas jambas de piedra aparecía un salón con sus típicas mesas de mármol y sus sillas de madera curvada. Perteneció a Matilde y Fidel Reguilón, y a la muerte de éste, a comienzos de la década de 1980, pasó a su yerno, Mariano Céspedes. Petrita, la esposa de Mariano se destacó en la cocina del bar, elaborando muchas tapas, con especial mención de sus raciones de calamares. El Bar España aparece en numerosas fotografías antiguas de corridas de toros en la plaza mayor. Por ellas, podemos adivinar que la situación de su puerta de entrada y su ventana se intercambiaron de lugar, para quedar como están hoy. El primitivo Bar España funcionó hasta el fallecimiento de Mariano en 1990.
Me esta encanta el blog,me esta viniendo muy bien para un trabajo que tengo que realizar..y del bar de la morronga solo puedo decir que esta mujer hacia los mejores calamares que jamas he probado y probare.un saludo
ResponderEliminarUn obligado recuerdo y agradecimiento a esta entrañable mujer. Familiar, amiga de sus amigos, generosa, honesta, fiel, leal. Su casa y su mesa siempre.abierta. ¿Cuantas paellas pude.comerme, cuantos calamares, boquerones, conejo......?. Todo siempre acompañado de una palabra sabia y de comprensión, de un cálido abrazo, de una sincera sonrisa. FELISA ERES DE LOS RECUERDOS MÁS BONITOS DE AQUELLA EPOCA DE MI.VIDA. Recuerdo lo enamorada que estabas de tu marido. Lo que querías a tus hijos, a tus hermanos. Tu, madre y mujer luchadora, trabajadora. Te pude ver un poco antes de enfermar. Y sentí muchísimo que te fueras. Siempre que voy al pueblo y paso por el bar Nacional me acuerdo mucho. Te mando un beso, estés donde estés. LOURDES (tu sabes quien soy)
ResponderEliminarSon recuerdos de mi infancia. Bonitos y dulces. Los domingos de niño iba con mis padres a comer gambas al ajillo al Bar La Poveda o bocata de calamares al Bar Nacional. En el Bar España cenábamos los domingos de verano y saltábamos por las jardineras de piedra q ya l@s chic@s de ahora no han conocido.
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